por Claudia Luna Fuentes
en el periódico Vanguardia
“Algunos libros son probados, otros devorados, poquísimos masticados y
digeridos”. -Francis Bacon
Libros, vino, música y comida. Deliciosos placeres unidos para digerirse.
Así ocurre en Ágoras, un centro cultural que revolucionó la vida de bares, restaurantes y cafés en Saltillo cuando abrió sus puertas en 2008, un espacio comandado por una mujer, Alejandra Peart. Ágoras, al abrir en pleno corazón de la ciudad y ofrecer la convivencia de libros para ser leídos o comprados, exhibiciones de arte y comida, propició como rebote que bares como El Dublín o El Cerdo de Babel comenzaran a incluir exposiciones y actividades culturales. Luego abrió Casa Tiyahui y La Casa del Ciempiés más recientemente, que se sumaron, entre otros espacios y desde otros ángulos, a propuestas que mezclan la vida nocturna en diálogo con las manifestaciones culturales y sociales alternas.
El Ágoras de Peart se ha inspirado en el sitio público de convivencia de la Grecia antigua en el que se fusionaban la vida cultural, política y comercial, aunada a conversaciones sobre temas de interés colectivo.
Desde su apertura, este espacio independiente ha dado cabida a artistas emergentes y otros de reconocida trayectoria también, enriqueciendo el proyecto inicial de abrir los espacios a la comunidad artística local, para traer creadores de otras latitudes. Lo que ofrece el Ágoras es un foro de proyección independiente que sitúa a las creaciones y sus autores en el ojo público en un ambiente más relajado.
Ágoras es uno de los 24 espacios de Saltillo incluidos en la guía de Lonely Planet. Ha recibido a figuras tan importantes como los literatos Gustavo Sainz, Alejandro Páez, Ricardo Castillo y José Eugenio Sánchez. Se han escuchado conciertos de grupos locales como Los Vintage. Se ha expuesto el trabajo fotográfico de Margaret Elliot y Rocío Hernández, así como la obra de Lilette Jamieson, Alberto Fumora, José Alemán, Armando Meza y Armando Reyes.
Aquí se escucha música desde el rock, pasando por ska, trova y tecno. Han leído sus poemas Víctor Palomo, Eduardo Ribé y Ramiro Rivera, entre otros. Y se han impartido cursos de fotografía con Susana Veloz, de encuadernación con Talía Barredo, lecturas de tarot con Dona Wiseman, hasta intercambios de obra de arte.
Aquí se han efectuado lecturas por la paz, en contra de la violencia contra las mujeres, y proyecciones de películas. Y es aquí también en donde se exhiben libros de la editorial Atemporia, dirigida también por Alejandra Peart, una editorial de corte independiente, como este centro cultural que ya es parte de la vida nocturna de Saltillo, un espacio cuya piel está hecha del arte de los creadores que allí se dan cita.
Sin duda Ágoras marcó el inicio de una metamorfosis en la vida cultural alterna de la ciudad. Ojalá y se dé tiempo para conocerlo. Si va, cargue su libro favorito y lleve así sus propias flores, pues como dice el proverbio árabe, un libro es como un jardín que se lleva en el bolsillo.
claudiadesierto@gmail.com
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martes, 14 de febrero de 2012
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