domingo, 26 de septiembre de 2010

H PILLOWSOPHY de Alina Poulain




Las almohadas nunca duermen. Velan nuestros sueños, los guardan y guían.
Las almohadas se comunican entre ellas. Les dicen a los amantes que uno sueña con el otro, que se aman aunque estén lejos.

Hay almohadas que son inquietas y se mueven en la noche para poder leer nuestra mente y si la mejor posición para dormir es de lado es porque de esa manera pueden hablarnos mejor.

Las almohadas son ciudades, son antenas, discos duros, archiveros en los que se encuentran los conocidos y desconocidos. Son nuestras amigas y hasta ahora, no he encontrado mejor paño de lágrimas.

Administran nuestro sueño sin somníferos. Es algo complejo explicar el proceso en que nos inducen al sueño pero lo estoy tratando de explicar en un cuando llamado H donde he vaciado todos los conocimientos que he adquirido sobre almohadas desde pequeña. Sólo puedo decir que son un mundo aparte.

¿Se han preguntado por qué hay personas que tiene almohadas tan flacas? ¿Será acaso que no la alimentan con suficientes sueños?

Mi almohada es mi mejor amiga. La cama ya no es un refugio del mundo para mí sino una mesa de planeación estratégica. Un espejo a futuro, una pantalla rechonchita de cómo quiero ver al mundo.

H, mi querida H, la única que me entiende y me consuela. Mi mejor asesora. Una zona de confort donde salen a la luz las incomodidades mentales para ser procesadas. Aunque también hay que aprender a decirle adiós.

H es una exposición de todos esos buenos sueños y malos sueños. Algunos personales y otros que comparto.

En esta ocasión les pediré a todos que me acompañen la noche del sábado 25 de septiembre con sus almohadas y marchemos esperando que más personas escuchen a sus almohadas (que son ellos mismos) para que recuerden lo que querían de chiquitos, los amores que han olvidado, los horizontes que se han borrado. Es un llamado a soñar y no perder la esperanza en estos momentos.