martes, 1 de septiembre de 2009

MORPHOS SINÉTICA de Lilette Jamieson


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EN
PERIÓDICO VANGUARDIA

‘Morphos Psinética’ robar la esencia

Diez sujetos han sido despojados de sus ropas y quizá de su esencia. La autora intelectual del robo a mano armada: Lilette Jamieson.

Por: Quetzali García. 07-Septiembre-2009  

La noche sorprendió a Lilette en su estudio. Al cruzar el pasillo un escalofrío la recorrió. Se rompió la distancia entre el papel y sus manos. Sus creaciones se pusieron al tú por tú con ella. Diez individuos la miraban sin verla.

Hoy, quien se atreva a jugar con ese montón de realidades tiene la galería del Centro Cultural Ágoras para experimentar y sentir en su máxima expresión el individualismo radical que propuso S. Freud.

Lilette Jamieson, reproduce en estas obras de dibujo conceptual el aquí y el ahora. Tan es así, que en un parpadeo cualquiera de sus creaciones puede sentarse en la mesa de al lado; sonreírle; atenderle personalmente; dar un concierto o (en el más extraño de los casos) coincidir en el espejo con quien esto lea.

Papel revolución y carboncillo. Lo más básico académicamente sirve de plataforma a Lilette. Ella, en las alturas de la abstracción construye, borra y crea. Finalmente el papel orgánico, se convierte en carne. Las medidas exactas de sus modelos se rompen porque Jamieson erradica la forma para que surja la esencia.

Emergen las sombras personales en un proceso inverso al de Charles Bukowski, quien afirmó: “Cuando el espíritu se desvanece aparece la forma”. Sucede lo contrario en esos lienzos humanos, los modelos segregaron su espíritu, la forma quedó en segundo término.

Aunque de ellos apenas se sepan cuatro palabras, no crucen miradas, ni hablen más que con su cuerpo, los integrantes de Morpho Psinética establecen un contacto repulsivo que produce un esperado efecto contradictorio: ver más de cerca.

Por sus poros apenas trazados escapa su esencia.

Se resisten a ser juzgados por el espectador cerrando los ojos. Ni los vestigios de ropa, ni sus párpados alcanzan para cubrir su personalidad. Lilette escarbó tanto en el papel que logró desentrañar los miedos y deseos de personajes reducidos a “tacos, facebook, café, Xbox o fiesta”, la suma de pala para describirse. El carboncillo cortó poses y cinturas, para penetrar en lo más hondo de sus ideas.

Durante la inauguración de esta exposición, Lilette Jamieson recordó el reto que dio origen a la muestra: “romper el caparazón para que el espectador dote de identidad a los personajes”.
Además agradeció a su equipo de trabajo y a sus padres por apoyarla en su trayecto artístico.

Para quienes no se conformen con un somero vistazo y se atrevan a escudriñar hasta el último rincón de este fragmento amorfo de la sociedad actual, es posible adquirir a cualquiera de los diez sujetos, siguiendo un divertido instructivo. Que el hurto no se concrete a una mirada.


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