sábado, 5 de septiembre de 2009

CICLO DE NITRÓGENO de Vinicio Fabila


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EN
PERIÓDICO VANGUARDIA

Exposición ciclo de Nitrógeno

Eugenia Flores Soria
14-Septiembre-2009


Al observar el personaje que creó el artista Vinicio Fabila, éste transmite uno de esos instantes de soledad que todo humano necesita: sentirse apartado, tranquilo. Parece que no quiere hablar.

Pero a la vez él conversa sin palabras con quien lo mira. ¿En qué piensa? Tiene los ojos cerrados. Un ramito de flores tristes se desmaya en sus manos. Otras flores aún vivas y un canino recostado a sus pies, lo acompañan en un momento meditabundo. Son testigos y parte de la imagen guardada entre trazos negros y blancos.

Sentado en una banca el hombre suspira (¿o expira?). Como aquellos que se encuentran absortos, ensimismados en algún parque, jardín o tal vez un panteón, mientras el viento, o quizás nada, los envuelve. Sólo que él es único: vivir en un dibujo podría ser la distinción más notable.

¿Qué sucederá con los personajes que habitan ese mundo? Cada día el dibujo cambiará. Vinicio Fabila, creador de el “Ciclo de Nitrógeno”, Tuvo la idea de diseñar una especie de “Cadáver exquisito”. Durante un mes, de manera diaria, la obra sufrirá transformaciones que modifiquen el mensaje percibido originalmente. Así que cada día los espectadores se encontrarán con una historia diferente que parte de una misma escena.

La naturaleza experimenta ciclos y todos se involucran en ellos. La materia y el tiempo juegan con la vida y a través de la muerte, distintos elementos se reciclan formando otros. “Ciclo de Nitrógeno” demuestra cómo las mismas imágenes mutan y las partículas de un todo generan el gran movimiento.

Al concluir un mes, como proyecto final, se proyectará un video que permita apreciar el cambio de los matices que con el paso del tiempo alteraron el dibujo.

La obra se inauguró el pasado sábado en el Centro Cultural Ágoras Santa Lucía y está esperando a ser vista. Cada que alguien transite por la sala notará que la figura ya no es la misma y a su vez, el público también será parte del ciclo. No sólo se transformará el dibujo; también las emociones que éste genere en sus espectadores.

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martes, 1 de septiembre de 2009

MORPHOS SINÉTICA de Lilette Jamieson


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EN
PERIÓDICO VANGUARDIA

‘Morphos Psinética’ robar la esencia

Diez sujetos han sido despojados de sus ropas y quizá de su esencia. La autora intelectual del robo a mano armada: Lilette Jamieson.

Por: Quetzali García. 07-Septiembre-2009  

La noche sorprendió a Lilette en su estudio. Al cruzar el pasillo un escalofrío la recorrió. Se rompió la distancia entre el papel y sus manos. Sus creaciones se pusieron al tú por tú con ella. Diez individuos la miraban sin verla.

Hoy, quien se atreva a jugar con ese montón de realidades tiene la galería del Centro Cultural Ágoras para experimentar y sentir en su máxima expresión el individualismo radical que propuso S. Freud.

Lilette Jamieson, reproduce en estas obras de dibujo conceptual el aquí y el ahora. Tan es así, que en un parpadeo cualquiera de sus creaciones puede sentarse en la mesa de al lado; sonreírle; atenderle personalmente; dar un concierto o (en el más extraño de los casos) coincidir en el espejo con quien esto lea.

Papel revolución y carboncillo. Lo más básico académicamente sirve de plataforma a Lilette. Ella, en las alturas de la abstracción construye, borra y crea. Finalmente el papel orgánico, se convierte en carne. Las medidas exactas de sus modelos se rompen porque Jamieson erradica la forma para que surja la esencia.

Emergen las sombras personales en un proceso inverso al de Charles Bukowski, quien afirmó: “Cuando el espíritu se desvanece aparece la forma”. Sucede lo contrario en esos lienzos humanos, los modelos segregaron su espíritu, la forma quedó en segundo término.

Aunque de ellos apenas se sepan cuatro palabras, no crucen miradas, ni hablen más que con su cuerpo, los integrantes de Morpho Psinética establecen un contacto repulsivo que produce un esperado efecto contradictorio: ver más de cerca.

Por sus poros apenas trazados escapa su esencia.

Se resisten a ser juzgados por el espectador cerrando los ojos. Ni los vestigios de ropa, ni sus párpados alcanzan para cubrir su personalidad. Lilette escarbó tanto en el papel que logró desentrañar los miedos y deseos de personajes reducidos a “tacos, facebook, café, Xbox o fiesta”, la suma de pala para describirse. El carboncillo cortó poses y cinturas, para penetrar en lo más hondo de sus ideas.

Durante la inauguración de esta exposición, Lilette Jamieson recordó el reto que dio origen a la muestra: “romper el caparazón para que el espectador dote de identidad a los personajes”.
Además agradeció a su equipo de trabajo y a sus padres por apoyarla en su trayecto artístico.

Para quienes no se conformen con un somero vistazo y se atrevan a escudriñar hasta el último rincón de este fragmento amorfo de la sociedad actual, es posible adquirir a cualquiera de los diez sujetos, siguiendo un divertido instructivo. Que el hurto no se concrete a una mirada.


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